A medida que crecemos, aumentan nuestras responsabilidades y preocupaciones. Y es normal preocuparse con las situaciones a las que nos enfrentamos cada día. Sin embargo, hay un límite entre preocuparse y sentir ansiedad y estrés.
Las personas que sufren de ansiedad viven permanentemente con miedo e inseguridad y eso interfiere en las actividades de todos los días.
1 Estrés
Al igual que los pensamientos negativos, el estrés puede causar un daño real en nuestra vida y sobre todo en nuestra salud.
Por eso es importante encontrar maneras de mejorar la capacidad de lidiar con el estrés y obtener tranquilidad para poder cumplir con las tareas y responsabilidades de forma exitosa.
2 Falta de sueño
No todo el mundo es consciente de la importancia que tiene dormir bien por la noche. El sueño juega un papel muy importante en la regulación del estado físico y emocional.
Se recomienda no dormir menos de 7 horas por día, ya que con menos horario, nunca podrás rendir al máximo y te verás más desbordado que si estás bien descansado.
3 Pensamientos negativos
Muchas veces, tendemos una tendencia a pensar de forma negativa, aunque no nos demos cuenta. Pero lo cierto es que el hábito de pensar negativo alimentan los sentimientos de ansiedad y frustración, ocasionando malestar y preocupación.
Es importante tomar conciencia de este tipo de pensamientos y tratar de descartarlos para que no tengan consecuencias negativas en nuestra salud.
4 Querer complacer a todo el mundo
Tratar de complacer a todas las personas de tu entorno puede resultar agobiante y desgastante y lo cierto es que es algo que no podemos controlar.
Darle el gusto a todos los demás no hará que te sientas feliz, ya que estas priorizando las necesidades del resto antes que las tuyas. Y no quiere decir que seas egoísta, sino que necesitas pensar primero en lo que tú necesitas.
5 Llevar una vida sedentaria
La falta de actividad física logra aumentar la ansiedad y los problemas emocionales. Pero además el ejercicio físico es bueno no solo para la salud mental sino para la salud del organismo en general.
La clave es empezar con una rutina suave e ir aumentando la intensidad a medida que pasen las semanas, para alcanzar una mayor producción de endorfinas que ayudan a sentirnos más felices y a cuidar tu salud.
6 Falta de organización
Aunque no lo creas, la falta de organización es un gran causante de ansiedad y estrés, por eso es importante organizarte en los diferentes ámbitos de tu vida.
Procura tener el hábito de agendar todo lo que tienes que hacer desde la noche anterior, pero sin torturarte con lo que debes hacer o no. Organiza las cosas pendientes y trata de hacerlas en el día.
Planificar y estar organizado brinda claridad mental y ayuda a resolver las cosas de mejor manera.
7 Querer controlarlo todo
Querer hacerte cargo de todo, solamente conduce a más preocupaciones, estrés y ansiedad. Es importante entender que no podemos hacernos cargo de todo en los diferentes ámbitos de la vida. Para ello, es fundamental delegar y hacerte cargo de lo que puedas, apoyándote en los demás y aprendiendo que las cosas no siempre salen como esperamos. Eso te ayudará a relajarte, sacarte un peso y aprender a abarcar las cosas que realmente puedes.
No es fácil controlar el estrés y la ansiedad, por eso es conveniente dejar de lado estos hábitos, buscar claridad mental, priorizar tus necesidades y tratar de lidiar con todo con tranquilidad.