¿Cómo estás? ¿Cómo venís aguantando? Es difícil, ¿no? Yo sé que sí. La verdad de la
milanesa es que la vida no es fácil, y mucho menos lo es con una pandemia que nos obliga a
cambiar nuestra manera de vivir, nuestra manera de relacionarnos y afecta nuestra
estabilidad emocional. No es fácil. Pero, ¿te cuento una cosa? Se puede. Se puede salir
adelante, se puede sobrevivir de esto y se puede vivir con uno mismo y aprender a quererse.
Te escribo esta carta por múltiples razones.

En primer lugar, siempre me gustó
mucho escribir, y en especial escribir cartas. Creo que no hay nada más lindo que recibir una
carta profunda y con significado.

En segundo lugar, porque conozco lo que la soledad te puede hacer de primera mano.

Y en tercer lugar, porque no me gustaría que alguien sufra ese sentimiento. Sé que esto no es mucho, pero es lo que puedo hacer por vos desde mi lugar, y espero que te sirvan mis palabras.
No sé cuántos años tenés; pero lo tramposo de la soledad, de ese sentimiento tan
horrible, es que no juzga en base a la edad. Yo tengo 19 años, y hace no mucho me sentí muy
sola. Tengo una familia divina, tengo amigas divinas y en ese momento también, pero me
atacó ese “perro negro” como le dice mi padre. Me atacó el sentimiento de soledad y la
pandemia, en un principio, no hizo más que empeorarlo.
Soy católica; muy católica. Poco a poco me empecé a aferrar a eso y a mis pasiones.
Empecé a cantar, componer, escribir, bailar… A tooodo lo que más me gusta, lo que más
amo, empecé a sacarle el mayor provecho. Hacelo vos también. Seguro hay algo que te mueva el piso, algo por lo que vivas. Seguro tenés algo que hace que tu corazón brille; aferrate de eso.

Puede ser una religión, una persona, una actividad artística, un deporte, una canción,
imaginar, cualquier cosa que te haga brillar.
Yo perdí a mis abuelos maternos de chiquita, y a mis abuelos paternos no los llegué a
conocer. Hoy, 22 de julio, hace fecha del fallecimiento de mi abuela materna. Me duele
pensar en ella porque se fue sintiéndose sola. Mi abuelo había fallecido 7 años antes, y mi
abuela nunca pudo superar su muerte. A todos nos afectó verla así; incluso a los médicos que
la atendieron y al señor que le llevaba las compras del súper. Todos se vieron afectados.
Lo que tiene la soledad, es que a pesar de ser un sentimiento y no una realidad, te convierte en una persona ciega a las personas que te rodean. Por más que tengas gente a tu alrededor que se preocupe por tí, gente que se vea afectada, el sentimiento va a seguir ahí.

Pero te puedo asegurar que no estás sol@. Ya sé que no te conozco personalmente, pero
escribo esta carta porque me preocupo, porque te acompaño, aunque sea con mi oración y mi
acompañamiento mediante esta carta. Te aseguro que hay gente en tu vida que se preocupa, que te acompaña. Pero lo más importante para sobrevivir a ese sentimiento es quererse a uno mismo.
Una cosa que siempre me gustó mucho es pensar en el físico de alguien como una
caja; una caja que contiene y guarda la persona interior de cada uno. Si te gusta lo que hay
dentro, te gusta el envase por ser lo que lo contiene. Así que, en primer lugar está quererse a uno mismo por dentro. (Me gustaría decirte que cierres los ojos, estilo meditación, pero con
los ojos cerrados dudo que puedas leer jajajja). Pensá para dentro de vos mismo. Mirate por
dentro, inspeccioná tu psique/alma, tu personalidad…¿qué ves? Cuando pensás en tus
cualidades, ¿cuáles se te vienen a la mente? Seguuro tenés muchas; todos las tenemos. Pensá bien, esforzate. Hasta lo más chiquito cuenta. Amalas, agradeceles, recordalas. Ahora, volvé a mirar; pero esta vez, buscá tus defectos. Seguro ya los encontraste porque siempre tenemos más presente lo negativo que lo bueno, porque nos castigamos a nosotros mismos. Esas
cosas malas que tenés, esforzate por mejorarlas, obvio, pero tené en cuenta que nadie es
perfecto, y que todos hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos, con la manera en
que vinimos hechos. También, amalas, agradeceles, recordalas. Sacale ventaja a todo lo
bueno, pero aceptate con las cosas malas. Amate. Sé que es difícil, te lo dice alguien que sigue aprendiendo a quererse, pero aprendé a amarte, y a mirarte al espejo y amarte. Sos tu mejor compañía. No seas quien más te torture. No seas tu peor enemig@. Sé tu mejor amig@.
Nada de lo que diga soluciona la soledad, pero lo que sí puede hacer, es darte una mano para poco a poco ir saliendo. Pensalo como una cuerda que te tiro; agarrala. Amate
para vivir en paz contigo mism@ a lo largo de ese sentimiento. Pensá día y noche en que NO
ESTÁS SOL@. Esto va a pasar, todo pasa. La vida es una sola, disfrutala, no sufras. Si sos
reeligios@ te digo que pienses en Dios, que tanto te ama; y si no sos religios@, te digo que
según mi creencia, hay un Dios arriba que nos ama, que nos acompaña, y que nunca nos deja
solos.
Te quiero mucho, te acompaño y te sonrío. Vamo arriba que de esta se sale.
Un muy fuerte abrazo,

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