Querido Lector:
Hola! Cómo te llamas? Yo me llamo Lucía, tengo 37 años y vivo en Cordón. Escuché en la radio el programa de Alcance para poder escribirle a otras personas que se sienten solas y me pareció una hermosa oportunidad para acercar a dos personas que no se conocen. Quizás entre nosotros podemos alegrarnos un poco el día.
De chiquita tuve amigos por carta y me encantaba saber de esa amiga cuya vida era muy distinta a la mía. Después de terminar mi carrera viví en el exterior y también mantenía a mis amigos y familia informados de mi vida mediante cartas. Esa vez era por correo electrónico, pero igual eran cartas largas, que empezaban con “Querido/ querida” y siempre terminaban igual: “Te/Los extraño mucho!” Alguna vez escribiste cartas? Me parece que tienen un poder muy lindo. Uno se toma el tiempo de elegir las palabras y muchas veces, encuentra en el papel cosas que para la mente estaban escondidas.
Desde que empezó la pandemia he tenido muchos momentos de altibajos, de sentirme sola y de mucho miedo por lo que vendrá. Tuve que seguir trabajando y hablaba con mi familia y amigas por teléfono, pero aún en compañía de otros, sentía la soledad muy intensamente. Me ayudó mucho empezar a meditar, seguí una guía que se llama Headspace en el teléfono y ahora tiene un programa en Netflix. También empecé a hacer cosas que me gustan para que la soledad no fuera pesada: cocinaba todos los días y me hacía una taza de té rico para leer mi libro. Me obligué a separarme de la computadora y el teléfono aunque sea 2 horas al día y ponía música que me gustaba mientras coloreaba. Empecé a escribir un diario y me ayudó a poner los pensamientos negativos en papel, para sacarlos de mi cabeza. Luego lo releía semanas o meses después y veía cómo cambiaba mi ánimo a lo largo de las semanas de encierro. Esas pequeñas cosas cotidianas me ayudaron a convivir con mi soledad pero de una manera placentera. Ahora me cuesta volver a mi vida anterior, llena de personas y movimiento, me gusta el espacio conmigo misma. Cómo fue para ti el proceso de soledad? Fue en pandemia o empezó antes? Has encontrado esas cosas cotidianas que te gustan hacer sin presencia de nadie más?
Los días soleados me ayudan mucho. Me tomo unos minutos para poner la cara al sol y disfrutar del calorcito que entra por la ventana. Los días grises me cuesta encontrar energía para muchas cosas, así que me permito descansar más, mantenerme calentita con un té y una bolsita de agua caliente y meterme en el mundo de un buen libro o una película en la tele. Eso ayuda a la tristeza que puede venir acompañada de nubes grises.
Por suerte los días se van alargando, y aunque vengan con frío, el sol está más tiempo en el cielo para darnos luz. Que suerte que vivimos en un país dónde se ve el cielo azul y el sol casi todos los días! Estoy de este lado si querés seguir mandando correspondencia. Espero que tus días se hagan cada vez más soleados.

Un fuerte abrazo a la distancia,
Lucía

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