Cuidados de la rodilla en el invierno

La rodilla es una de las articulaciones más complejas, aunque también de las más expuestas, por lo que se convierte en un punto muy vulnerable y propenso a sufrir lesiones.

A veces solemos pensar o escuchar que el frío provoca dolor en las articulaciones, especialmente en las rodillas. El frío en sí no es malo para las articulaciones, no causa dolor directamente y de hecho se utiliza para reducir la inflamación (crioterapia).

Sin embargo, el frío sí puede incrementar algunos síntomas que ya están presentes. Por ejemplo, en un caso de artritis reumatoide o artrosis, el frío puede ocasionar que los vasos sanguíneos se contraigan, disminuyendo la cantidad de sangre que llega a la articulación, con lo que aumenta la resequedad de sus componentes. Esto puede provocar rigidez, debido a la contracción de los músculos.

Otra influencia del frío es sobre nuestro comportamiento. Cuando hace frío hacemos menos cosas, caminamos menos, salimos menos, reposamos más. Esto puede ocasionar que los músculos y tendones de la rodilla se entuman o pierdan elasticidad, lo que puede causar dolor. En una rodilla sana, el frío no debería tener ningún efecto negativo a largo plazo.

Algunos factores que pueden contribuir al dolor de las articulaciones:

  • Beber alcohol y fumar en exceso.
  • No estirar correctamente antes o después de hacer actividad física.
  • Sufrir trastornos degenerativos, como artrosis u osteoporosis.
  • Tener sobrepeso u obesidad.
  • Tener una mala alimentación.

Consejos para cuidar nuestras rodillas

  • Mantener una alimentación saludable: incorporar frutas, vegetales, carnes magras, cereales y semillas, es una buena forma de cuidar el organismo y obtener los nutrientes necesarios para proteger y fortalecer las articulaciones.
  • Dormir correctamente: respetar las 8 horas de sueño diario ayuda a proteger los tendones, huesos y articulaciones.

No abandones el ejercicio por el frío: Es importante que realices tus actividades cotidianas de la manera más normal posible. Camina, estira, corre; si estás bajo algún plan de fisioterapia no dejes de asistir. La actividad física ayuda a fortalecer los huesos y músculos alrededor de las rodillas, eliminando la presión sobre la articulación.

  • Abrígate bien: usar ropa abrigada ayuda a obtener calor adicional y prevenir la rigidez de las articulaciones. Evitar usar ropa que exponga tus rodillas al clima frío. No es necesario que utilices algo extra a tu ropa de invierno cotidiana, basta con que te mantengas cubierto/a para evitar las bajas temperaturas.
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