Curación y cuidado de una herida

Como dijimos la piel es el  órgano más grande de nuestro cuerpo. Funciona como barrera protectora frente al  medio externo y permite la regulación equilibrada, fenómeno que se conoce con el término: ¨homeostasia”.

Como seres humanos, accionamos dentro de un mundo compuesto de múltiples elementos que pueden causar heridas a nuestra piel de forma diaria. Podemos identificar, a grandes rasgos, tres grupos de factores que atentan con nuestro cuidado de la piel: los relacionados al modo de vida personal, los imprevistos y los naturales. En el primer grupo hallamos el estrés, la falta de sueño, la mala alimentación, los vicios como por ejemplo el tabaco, los productos químicos (tinta de pelo), entre otros.  Los imprevistos, como indica su palabra, aluden a aquellos factores producto de un accidente. Ejemplo común es caerse y rasparse la rodilla o los codos.  Por último tenemos un grupo relacionado a cuestiones naturales, como el Sol o la sequedad atmosférica.

Por todo lo dicho es que a continuación te dejamos algunas sugerencias de cómo debemos cuidarnos y curarnos las posibles heridas.

Frente a lesiones de menor grado, como puede ser un corte poco profundo debemos:

1. Mantener la herida cubierta con una gasa limpia.

2. Ser cautelosos con la cotidianeidad del baño, dependiendo de la profundidad de la herida

3. Evitar ingresar a piscinas.

4. Precaución en el contacto con animales.

5. Intentar no frotar la lesión en el proceso de cicatrización.

Es fundamental entender que cualquier lesión en nuestra piel significa exposición a gérmenes. Esperamos que tengas en cuenta estos consejos para prevenir y curar.

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