Así como la salud física es importante, también es clave realizar esfuerzos en pos de mejorar la salud emocional de las personas y así conseguir experiencias más gratificantes y beneficiosas.
La salud mental o emocional se refiere al bienestar psicológico general y abarca diversos asuntos: cómo se siente la persona, la calidad de sus vínculos, la capacidad para manejar los sentimientos, superar las adversidades y recuperarse.
Estar emocional y mentalmente sano no solo implica sentirse libre de depresión, estrés o ansiedad, sino contar con autoconfianza, alta autoestima, tener un enfoque optimista de la vida, capacidad para afrontar problemas, mantener relaciones fuertes, adaptarse a los cambios, disfrutar de la vida a pesar de las decepciones y frustraciones, entre otras.
A continuación, una serie de tips interesantes que pueden ayudarte a trabajar para ir hacia un estado emocional equilibrado en estos tiempos de cuarentena e incertidumbre, donde la inestabilidad puede jugarnos malas pasadas.
Aceptar tus emociones
Es necesario tener la capacidad de experimentar de forma adecuada las emociones y sentimientos para afrontar la vida. “Algunas personas gastan más energía en evitar sus emociones que en sentirlas”, dijo la psicóloga Ryan Howes. Por eso, resulta clave darse la oportunidad de sentir sin límite en vez de negar. Escribir sobre las emociones negativas que surjan también puede ser de gran ayuda.
Vivir el presente y asumir riesgos
Focalizarse en el aquí y ahora es fundamental para tener una buena salud mental, en vez de estar absorbidos por pensamientos del pasado o tratando de controlar el futuro, algo imposible de lograr. A su vez, tomar riesgos diarios supone un hecho gratificante que lo hará sentir saludable.
Ten una mirada introspectiva
Es importante dar un paso atrás para descubrir de dónde vienen tus pensamientos, sentimientos y conductas y pregúntate si es útil ese pensamiento, si es necesario ese comportamiento o si no hay una mejor opción. Explorar en tus creencias, tu propósito de la vida y aprender de los errores en vez de castigarte por ellos son prácticas que también pueden contribuir.
Reír
Es necesario encontrar motivos para sonreír, rodearse de personas sanas y que nos hagan bien, y hacer de la risa una terapia.
Identificar tus fortalezas individuales y vigilar tus pensamientos
Evitar quedar atrapado en un círculo vicioso de pensamientos negativos que aparecen sin que uno se dé cuenta y de forma natural. Esto puede significar un problema si los vemos como verdades. Por eso se sugiere conocerlos y descubrir por qué se producen. A su vez, reconocer cuáles son tus fortalezas también puede ayudarte a mejorar tu energía, tu estado anímico y sentirte empoderado.
Practicar la gratitud y encontrar una pasión
Se aconseja realizar una lista de tres cosas por las cuales se esté agradecido cada mañana, ya que sirve para hacer aflorar pensamientos positivos. Tomarse un tiempo para evaluar cuáles son aquellas actividades o hobbys que pueden considerarse una pasión hará que tu bienestar aumente, al igual que encontrar inspiración en lo que hagas.
Empezar el día feliz
Levantarse cada mañana con algún detalle que te brinde alegría y te haga sentir a gusto puede derivar en que tu día sea mucho mejor que lo esperado y que tu estado de ánimo se eleve. Recuerda que la monotonía cansa y puede llegar a deprimir.
Tomate un tiempo para meditar
La relajación y una buena respiración diaria pueden ser la base para encarar la vida desde otra perspectiva y con mayor salud mental. Se tiende a pensar que meditar es complejo y requiere niveles de concentración que no todos pueden alcanzar. La realidad es que no demanda mucho tiempo ni esfuerzo, solo predisponerse a relajarse. En internet hay muchas meditaciones guiadas que pueden resultar útiles. Es cuestión de animarse.