La soledad una aliada en tu crecimiento

La soledad está mal vista porque deja al descubierto tus carencias internas y muchas de tus limitaciones personales. Y como que nadie quiere mostrar aquello de lo que carece (o que le sobra), intentamos taparlo con la compañía de los demás. Pero recordá que cualquier persona –y eso te incluye– que sienta pena por vos, que te mire mal o que te considere un perdedor por estar o hacer algo solo es porque tiene carencias personales que pulir.

La soledad es necesaria

Huir y renegar de la soledad supone renunciar a todo lo bueno que ésta te aporta y, a su vez, como ya dije, pone de manifiesto tus carencias personales (miedo, inseguridad, baja autoestima, poco conocimiento de uno mismo).

Si no sabés lidiar con la soledad es difícil saber qué es lo que querés o hacia donde querés ir. Y sin todo ello no puedes estar cómodo contigo mismo ni encontrar la paz mental. Sin la soledad tampoco es posible construir relaciones sanas con los demás. ¿Por qué? Porque el que no sabe estar solo busca compañía a cualquier precio, y ello suele hacerte elegir mal a tus amigos, y a tu pareja. Es entonces cuando se crean falsas amistades, relaciones de dependencia y parejas tóxicas. El que no sabe estar solo se precipita y malgasta su tiempo en relaciones destructivas en lugar de fortalecerse y equilibrarse cultivando una buena relación consigo mismo.

Aprender a lidiar con la soledad y usarla en beneficio propio requiere de:

Trasformar la soledad en una herramienta de autoconocimiento: si usás tus momentos de soledad para autocompadecerte por tu desgracia, no lograrás nada. Sin embargo, si tratás de aprender de ella y de vos, por extensión descubrirás nuevas facetas de tu vida que tenías olvidadas y que requieren tu atención. Hablamos de una gran herramienta para el reencuentro con tus anhelos, tus alegrías y tus pasiones verdaderas.

La soledad como vehículo de crecimiento: por mucha gente que tengamos alrededor hemos de entender que tenemos que ser nuestros mejores amigos. Así que tener buena relación con uno mismo es prácticamente una obligación. Y para estar contigo, no puede haber nadie más. Aprovechá esos ratos solitarios para aprender de ti, conocerte mejor, confiar en vos y crecer como persona.

La soledad para amarte de verdad: también es la soledad la única aliada para que te quieras de verdad. Todos podemos tener deseos extraños y zonas oscuras a las que temer. Pero si las descubrimos y las superamos, entraremos en un mundo de amor propio tremendo. Piensa que solo así podremos querer sinceramente a los demás, empezando por uno mismo.

Como podés comprobar, lidiar con tu soledad no tiene por qué ser estrictamente negativo. Somos seres individuales, por lo que no solo es una realidad, además es necesaria. De ahí que si queremos comprendernos mejor y ofrecer todo lo bueno que tenemos, deberíamos hacerlo desde un conocimiento propio y un profundo amor por lo que somos.

La soledad puede aportarte un sinfín de cosas positivas, como por ejemplo:

  1. Te ayudará a superar ciertos miedos e inseguridades
  2. Facilita el autoconocimiento, la autoaceptación y la superación de tus limitaciones
  3. Aumenta la autoestima y te ayuda a hacer amigos

Si tenés una baja autoestima y te cuesta relacionarte con las personas, obligate a hacer actividades que realmente te gusten en solitario.

  1. Facilita la introspección y te ayuda a lidiar con tus propios pensamientos y procesos mentales

Por ello, quedarte un fin de semana en casa puede ser un excelente plan para meditar o para reflexionar sobre temas pendientes o proyectos. O puede que, simplemente, lo necesites para descansar, recuperarte y reencontrar tu equilibrio psico-emocional.

  1. Estimula tu creatividad y tu imaginación

La soledad es el momento ideal para crear proyectos personales, escribir, dibujar o, simplemente, jugar.

  1. Te ayuda a encontrar el silencio

La soledad es el mejor contexto para encontrar el silencio. Y el silencio es el mejor amigo de la tranquilidad, la introspección y el conocimiento de uno mismo. Con el tiempo, es muy posible que no necesites la soledad para encontrar el silencio; sin embargo, nunca aprenderás a buscarlo en medio del ruido y la gente.

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