Para quienes son deportistas o ven algún deporte, como fútbol, muchas veces hemos escuchado nombrar una rotura de ligamentos cruzados y enseguida sabemos que es una recuperación que da para largo.
Los huesos de la rodilla (fémur y tibia) se conectan entre sí mediante cuatro ligamentos (dos cruzados y dos laterales) que actúan como fuertes cuerdas para sostener la unión de los huesos y mantener estable la rodilla. El Cruzado Anterior es uno de estos 4 ligamentos primarios de la rodilla, siendo el que más frecuentemente se lesiona.
Las lesiones del ligamento cruzado anterior comúnmente se producen durante la práctica de deportes que implican detenerse o cambiar de dirección en forma repentina.
¿Cuáles son los síntomas?
- Un sonido “crujiente” al momento de la lesión.
- Inflamación evidente de la rodilla dentro de las 6 horas posteriores a la lesión.
- Dolor.
- Dificultad para continuar con el deporte.
- Sensación de inestabilidad.
¿Qué podemos hacer ni bien lesionamos?
- Elevación de la articulación por encima del nivel del corazón.
- Aplicación de hielo en la rodilla.
- El descanso general es necesario para la recuperación y limita el peso que debe soportar la rodilla.
- Recostate con la rodilla apoyada sobre almohadas.
¿Cómo podemos prevenir esta lesión?
- Ejercicios para fortalecer el tronco del cuerpo, incluidas las caderas, la pelvis y la parte inferior del abdomen.
- Ejercicios que fortalecen los músculos de las piernas, sobre todo aquellos para los músculos isquiotibiales, a fin de garantizar un equilibrio general en la fuerza muscular de las piernas.
- Entrenamiento y ejercicios para enfatizar en las técnicas adecuadas y posiciones correctas de las rodillas a la hora de saltar y de volver a tocar el suelo luego del salto.
- Entrenamiento para mejorar las técnicas a la hora de realizar movimientos bruscos y que implican giros.