La pandemia trajo un sinfín de cambios y alteraciones en el diario vivir de las personas. Diversas experiencias han tenido que mutar con el objetivo de evitar la propagación del coronavirus (COVID-19) en el mundo, entre ellas las fiestas para celebrar los matrimonios, que debieron ser suspendidas y reagendadas. Pero si algo que puede darse como seguro es que, con o sin pandemia, las personas se seguirán conociendo, enamorando y querrán dar un paso más y afianzar su vínculo casándose. Por ende, se podrá celebrar, pero teniendo en cuenta ciertos detalle y agregando cierto plus a la planificación.
Está previsto que algunas de las nuevas modalidades que se instalaron en los últimos meses hayan llegado para quedarse con miras a preservar la salud de las personas, y por tal motivo, está previsto que en 2021 los tapabocas y guantes sean obligatorios también en las fiestas de casamientos, así como los puestos para desinfectarse las manos. La “nueva normalidad” también implicará que los festejos sean más pequeños y reducidos en cuanto al número de invitados, y que haya varias pistas y barras. Se prevé mayor cantidad de espacio para estar parado y que los asientos se coloquen de forma tal que se pueda mantener la distancia social tan solicitada por las autoridades de la salud. A los novios se los felicitará con un gesto de manos o de cabeza, en vez de con beso y abrazo.
Los expertos prevén, además, que las transmisiones en vivo del “sí, acepto” también serán la tendencia, ya sea por Facebook o Zoom, y permitirán acercar también a familiares que estén en la otra punta del mundo. Para ello, será preciso hacer vídeos menos caseros y más profesionales, para permitir que se escuche bien, no haya interferencia ni problemas de audio. Quizás puedan aparecer camarógrafos o fotógrafos que descubran este nicho y desarrollen servicios para cubrir dicha necesidad.
La pandemia también hará que la lista de invitados se achique y se edite de forma meticulosa. También será tiempo de decir adiós a las cenas con buffet para dar la bienvenida a los platos llevados directo a la mesa. La sección de bocaditos también sufrirá modificaciones, ya que no se podrá servir con los dedos, sino que deberán usarse pequeños tenedores individuales.
Otra variación posible es la llamada “boda por turnos”, donde los invitados se presentan de manera escalonada. Esto da el tiempo necesario para desinfectar el espacio entre grupos y también permite que la pareja pase más tiempo con los asistentes a la fiesta.
Si bien por ahora la situación será la mencionada antes, las celebraciones donde se tiraba la casa por la ventana volverán en algún momento y serán más a lo grande que nunca. Las épocas donde se permitían multitudes en los salones retornarán cuando la pandemia quede atrás, pero hay quienes intuyen que puede provocarse un cambio, ya que el confinamiento dio mayor significado a los vínculos importantes.
Hay otros que opinan que la “nueva normalidad” puede derivar en que las fiestas con alcohol y música se separen definitivamente de la boda. Es decir, se quitará la presión de la gran celebración divertida y quizá sea una fiesta de aniversario cuando sea el momento indicado o un festejo posterior a la boda.