La hipertensión arterial es el aumento de la presión arterial de forma crónica con valores iguales o superiores a 140 mm de Hg (mercurio) de presión sistólica y 90 mm de Hg de presión diastólica.
Esta enfermedad corresponde a un factor de riesgo cardiovascular, por lo que puede tener como consecuencia diversos problemas de salud cardíaca.
Hacer cambios en nuestra alimentación es una forma comprobada de ayudar a controlar la hipertensión arterial. Estos cambios también pueden ayudarte a bajar de peso y disminuir su probabilidad de sufrir una enfermedad cardíaca, manteniendo así nuestro corazón siempre sano.
¿A qué cosas debemos prestar atención para mejorar nuestra alimentación?
- Limitar el consumo de sal.
Evitar añadir sal a los alimentos. Optá por alimentos frescos que suelen tener una concentración de sal mucho más baja que los preelaborados o precocinados.
También puede ayudar:
- Sazonar los alimentos con hierbas y especias en lugar de sal. El limón, la naranja lima y el vinagre también le aportan sabor.
- Evitar los alimentos enlatados y las entradas congeladas.
- Revisar las etiquetas de los alimentos.
Es muy importante leer bien el etiquetado de los productos para compararlos entre sí y elegir aquellos con un contenido bajo en sal.
Las cenas congeladas, las sopas, los aderezos para ensaladas y las comidas preparadas con frecuencia tienen mucho sodio.
- Elegir alimentos magros.
Optar por alimentos de proteína magra, como soja, pescado, pollo sin piel, carne muy magra y productos lácteos descremados.
- Granos integrales, frutas y verduras siempre son buenos incluirlos en la dieta.
- Sumar sustitutos de la sal.
Podés hacer que tus platos sean más sabrosos utilizando especias y hierbas como sustitutos de la sal. Por ejemplo, con laurel, nuez moscada, pimienta, salvia, tomillo, ajo, cebolla, orégano o romero.