Una extracción dental es un procedimiento para extraer un diente de la encía. Usualmente lo hace un dentista general, un cirujano bucal o un periodoncista.
Para la mayoría de las personas, las muelas del juicio no causan problema alguno por lo que no es necesario realizar ninguna extracción de muela. Sin embargo, si no hay suficiente espacio para que crezcan en la parte posterior de la boca se convierten en lo que se conoce como muelas del juicio impactadas o retenidas y pueden causar dolor, hinchazón y/o infección, en cuyo caso hay que sacar las muelas del juicio.
La extracción casi siempre se hace como un procedimiento ambulatorio, por lo que volverás a casa el mismo día.
Las extracciones de muelas de juicio pueden causar dolor y sangrado, también inflamación en el lugar o en la mandíbula. Temporalmente, algunas personas tienen problemas para abrir grande la boca debido a la inflamación de los músculos mandibulares. Recibirás instrucciones para el cuidado de las heridas y para controlar el dolor y la inflamación, como tomar analgésicos y usar compresas frías para reducir la inflamación.
Una vez que llegues a tu casa:
- Tendrás una gaza en la boca para detener la hemorragia. Esto también ayudará a que se forme un coágulo de sangre.
- Tus labios y mejilla estarán adormecidos, pero esto desaparecerá en algunas horas.
- Te recomendarán colocarte hielo para el área de la mejilla para ayudar a bajar la inflamación.
- A medida que pasa el efecto del medicamento anestésico, podría empezar a sentir dolor. Tu dentista te recomendará analgésicos antiiflamatorios.
Para ayudar a que sane correctamente podés:
- Evitar el tabaco, que retarda el proceso de sanación.
- Elegir por alimentos blandos y masticar del lado opuesto a donde fue la extracción.
- Colocar hielo sobre la mejilla dolorida.
- Tener sumo cuidado al cepillarse los dientes.