La cirugía maxilofacial se realiza para hacer un estudio, prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de los problemas relacionados con las estructuras anatómicas de la cara, el cráneo, cabeza y cuello, como también de la cavidad oral, maxilares y dientes.
Los tratamientos pueden ser: extracción quirúrgica de molares, colocación de implantes dentales, manejo quirúrgico de injertos óseos, trauma y fracturas faciales, cirugía ortognática, manejo de patologías en la región oral y maxilofacial, y biopsias.
La cirugía maxilofacial es necesaria principalmente para dar solución a problemas funcionales y estéticos causados por deformidades del esqueleto facial que provocan una incorrecta posición y contacto entre los dientes. Muchas veces, la ortodoncia (brackets) no dan una solución efectiva a estos problemas, entonces es cuando se debe recurrir a la cirugía maxilofacial.
Cómo cuidarnos luego de la intervención
Se deben seguir los consejos de tu médico en cuanto a medicación y cuidados, incluyendo una dieta blanda.
La cirugía en su postoperatorio no es dolorosa, o lo es muy poco. Sí puede producirse edema e inflamación local en mayor o menor grado. Por esto, es muy importante, junto a la medicación anti inflamatoria, el hielo en bolsitas aplicado en la zona y de forma intermitente cada 15 minutos, con descanso de otros 15 minutos para evitar quemaduras por el frío.
También debemos seguir una higiene local cuidadosa mediante limpieza con el cepillo, enjuagues con suero y antisépticos, evitando la acumulación de restos de alimento en las heridas.
De esta forma, disminuiremos la inflamación postoperatoria y las posibles infecciones de la herida, disminuyendo así las molestias y problemas postoperatorios.