Con el paso del tiempo, nuestra piel envejece. Se hace más delgada, pierde grasa y se forman arrugas. Aparecen manchas y marcas. También se forman moretones con más facilidad y las heridas tardan más tiempo en curarse.
Pero el envejecimiento de la piel será más o menos evidente en función de si se ha tomado mucho el sol a lo largo de la vida, si no se bebe suficiente agua, si se fuma o si se padece algún tipo de enfermedad, como la diabetes o una patología renal. Todo ello facilita que la piel se seque, descame y se torne áspera al tacto, pudiendo causar picor y facilitar que al rascarse se formen heridas susceptibles de infectarse.
Muchas personas mayores sufren de piel seca, a menudo en la parte inferior de las piernas, en los codos y en la parte inferior de los brazos. La piel seca se siente áspera y escamosa. Hay muchas posibles razones por las que la piel se pone seca, tales como:
- No tomar suficientes líquidos
- Pasar mucho tiempo afuera en el sol o bronceándose
- Estar en un lugar con aire muy seco
- Fumar
- Estrés
La piel seca también puede ser causada por problemas de salud, tales como la diabetes o una enfermedad de los riñones. Usar demasiado jabón, desodorante o perfume, y tomar baños calientes de tina pueden empeorar la sequedad de la piel.
¿Cómo hidratar la piel?
- Beber al menos 2,5 litros de agua al día.
- Incrementar la ingesta de frutas y verduras en la dieta.
- Utilizar una crema hidratante después de la ducha o el baño.
- Usar jabones suaves para el aseo personal.
- Utilizar agua templada, mejor que muy caliente, para ducharse o bañarse.
- Evitar los espacios con ambientes muy secos. Se puede utilizar un humidificador en casa.
- No fumar.
¿Cómo protegerla del sol?
- Limitar el tiempo que se pasa al sol.
- Utilizar filtros solares de alta protección.
- Caminar, en la medida de lo posible, por la sombra y si se hace al sol vestirse con ropa amplia, de algodón, de manga larga y de colores muy claros.
- Utilizar sombrero de ala ancha.